Visita Altea en moto, encanto, mar y gastronomía.

Hablar de los puntos emblemáticos para visitar en moto, casco antiguo, de la comida y de los diferentes miradores

Si en estas vacaciones estás buscando un destino para hacer una buena escapada con tu moto, hoy te mostramos un sitio maravilloso en el que a parte de un paisaje insuperable, encontrarás calma, buen clima y desconexión. Entre la montaña y el mar se encuentra un municipio Alicantino que te va a enamorar.

Los alteanos, tienen un destacado carácter hospitalario, por lo que te sentirás como en casa. Para ellos, es muy importante cuidar su municipio, por lo que tienen muy en cuenta su conservación y el turismo sostenible. Por ello, cuando visites este paraíso, encontrarás playas sin masificar y callejuelas muy tranquilas en su casco antiguo.

Así que, si todavía no lo tienes claro, te contamos un poco más en profundidad las maravillas de las que puedes disfrutar en este paraíso.

El casco antiguo de Altea.

Indispensable en el itinerario de tu viaje, ya que es una de las joyas de la Costa Blanca. Un laberinto de casas blancas, repletas de plantas y flores de colores, callejuelas de piedra y hermosas escalinatas. Posee un gran patrimonio cultural, formado por edificios históricos, iglesias, museos y monumentos. 

No puedes perderte la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, se ve desde casi cualquier punto de la ciudad y es uno de los sitios más emblemáticos. Es una zona con muy buen ambiente en sus terrazas para que puedas descansar y refrescarte.

Miradores.

Lo cierto, es que Altea está repleta de miradores con unas vistas de infarto como el mirador de Campomanes, que encontramos en el puerto deportivo. Otro mirador digno de visitar es el del Racó del Corb, en la playa Mascarat de Altea, situada al norte de la bahía de Altea y el sur de Calpe, las vistas se dirigen a una cala prácticamente desconocida.

En el mirador Blanco, descendiendo por la Calle Santa Bárbara, podrás apreciar la parte norte de Altea, su bahía, la Sierra de Bernia y el Peñón de Ifach. Todos ellos se encuentran mirando al este, donde sale el sol, por lo que merece la pena darse un buen madrugón y ver el amanecer.

En cambio, si lo que prefieres es ver la puesta de sol, puedes acudir a la Plaza de la Iglesia, en su entrada por la Calle San Miguel o el mirador de los Cronistas de España, junto a la plaza de la iglesia. En él observaremos la bahía de Altea, del Albir, de la Sierra Helada y el skyline de Benidorm. Es una visita obligatoria. 

También podrás disfrutar del atardecer en el Mirador del Portal Vell de Altea, en el que podrás contemplar unas vistas magníficas.

Su gastronomía.

Si algo podemos encontrar en la costa levantina es una gastronomía excepcional. Por lo que, como todos sabemos, el arroz es indispensable si decides visitar Altea. Ya sea arroz a banda, paella con boquerones o el empedrat (un característico arroz con habichuelas blancas y bacalao). Tampoco pueden faltar los erizos de mar, el cruet de peix (guiso de pescado típico de los marineros de la comarca) y los caracoles con cebolla.

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